DESDE MAÑANA, LOS ADULTOS PODRÁN VACUNARSE GRATIS CONTRA LA HEPATITIS B EN LA PROVINCIA

Ya se distribuyeron más de 300.000 dosis para su aplicación en adultos. Antes sólo podían vacunarse gratis los recién nacidos o chicos de 11 años. La inmunización previene el virus B de la hepatitis, causa de cirrosis, cáncer y trasplantes de hígado.
El ministro de Salud, Alejandro Collia, anunció que desde mañana, viernes 3, estará disponible la vacuna contra la hepatitis B para la población adulta en los 2.000 vacunatorios públicos de la Provincia de Buenos Aires.
El pasado 27 de julio el ministerio de Salud nacional, a cargo de Luis Manzur, universalizó la vacuna contra este virus hepático -que puede provocar cirrosis y cáncer hepático-, y la incorporó al Calendario Nacional y gratuito para la población adulta.
“Distribuimos más de 310.000 dosis de vacuna contra la hepatitis B en los vacunatorios de la provincia que, desde mañana, estarán disponibles para toda la población de la provincia”, dijo Collia.
Antes, la vacuna sólo era gratuita para el recién nacido, con un refuerzo a los 2 y 6 meses, o bien para los chicos de 11 años con dos refuerzos, uno al mes de la primera dosis y otro a los 6 meses. En cambio ahora, “todas las personas adultas que no hayan recibido esta inmunización durante la infancia pueden acceder a la vacuna en forma gratuita”, agregó el ministro. Los adultos deben aplicarse una primera dosis, un refuerzo al mes y otro a los seis meses de la primera.

CÓMO SE CONTRAE
Se estima que en el país cerca de 1.000.000 de personas se encuentran afectadas por los virus B y C de la hepatitis. Sin embargo, cerca de la mitad desconoce su condición, porque en las primeras etapas no dan síntomas.
Ambas hepatitis se contraen del mismo modo que el VIH, por relaciones sexuales sin preservativo y contacto con la sangre de una persona infectada. En el caso de la B el riesgo de contagio es mucho mayor porque se trata de un virus 100 veces más infeccioso que el virus del Sida.
Los expertos insisten en que, sin vacunación, uno de los grandes desafíos que plantean las hepatitis es el diagnóstico, porque los infectados pueden vivir durante décadas con la enfermedad sin tener síntomas específicos. A veces, lo único que experimentan es una sensación de cansancio que ni ellos ni los médicos asocian con las hepatitis.
Esto provoca que la mayor parte de los pacientes lleguen a la consulta médica recién cuando ya tienen gravemente afectado el hígado, es decir, con cirrosis, cáncer hepático y la necesidad de un trasplante.