Arrojaron pintura sobre el frente y dejaron leyendas intimidatorias. Semanas atrás, incendiaron una camioneta y dañaron el mural «La Década Ganada».
En la mañana del jueves pasado, desconocidos arrojaron pintura sobre el frente del local que ocupa el Centro Cultural Macacha Güemes, en Tapia de Cruz 245 y dejaron consignas intimidatorias hacia Ariel Sujarchuk y el espacio que él lidera. «Andate, Ariel Sujarchuk de Escobar» es la más notoria. Asimismo, también resultó afectado el local del Mercado Federal, que abrirá próximamente.
Coincidentemente, a las 17:30 horas estaba prevista una charla-debate con la participación de dos nietos restituidos, Victoria Montenegro (Secretaria Nacional de Derechos Humanos de Kolina) y Manuel Goncalves Granada (Abuelas de Plaza de Mayo), quienes exponeusieron sobre sus experiencias personales y de su labor en las agrupaciones sociales a las que pertenecen.
En tal sentido, Ariel Sujarchuk, referente de Kolina Escobar y responsable de este centro cultural explicó que «no es la primera vez que sucede esto en Escobar y es inconcebible que ni se garantice la seguridad de los habitantes y que se persiga la actividad politica y cultural. Semanas atrás, no sólo intentaron forzar la puerta del local, sino que además incendiaron una camioneta de un compañero, estacionada en la puerta, y que estaba ploteada con la leyenda del Centro Cultural Macacha Güemes. Y no conforme con ello, dañaron el mural «La década ganada», que habíamos inaugurado el 26 de febrero pasado en la entrada a Escobar».
«Hechos de esta naturaleza nos remiten a tiempos de intolerancia y autoritarismo que seguramente algunos nostálgicos añoran y otros siguen practicando. De todas maneras, lejos de amendrentarnos, continuaremos adelante aportando ideas, porque estamos convencidos de que en Escobar hay mucho por hacer. Seguiremos trabajando en este proyecto nacional y popular que encabeza nuestra Presidente Cristina Fernández de Kirchner, más allá de las amenazas y de los ataques que suframos de parte de los intolerantes, que evidentemente no están acostumbrados a vivir en democracia», remarcó Sujarchuk.